Llevamos ya un tiempo en clara recesión económica y a lo largo y ancho del mundo el que más y el que menos se está llevando hostias hasta en el carnet de identidad.
Parece ser, según nos cuentan los expertos, que las grandes potencias van saliendo poco a poco y las maltrechas economías comienzan a reflotar. Pero como decía el sempiterno Fraga, Spain is different y comentan las malas lenguas que a nuestro país aún le queda un largo camino que recorrer.
Muchos culpan al actual gobierno y su mala planificación para hacer frente a lo que se veía venir desde hace tiempo. Otros muchos culpan a la política de construcción sin freno que se ha llevado desarrollando en España desde los años ochenta y que ha enriquecido a muchas familias y creado una burbuja inmobiliaria que este país no podía mantener y ha explotado llevándose por delante la economía de muchas familias.
Pero esta crisis está sirviendo para que una partida de sinvergüenzas, concejales, funcionarios públicos, empresarios y demás calaña con la que convivimos estén haciendo su agosto a costa de muchos que ven como no les llega ni a final de mes.
El último episodio ha ocurrido en estas fechas entrañables de amor, paz y solidaridad. De buenas a primeras, con unos "poquitos" de billetes vendidos Air Comet ha chapado el negocio y se ha declarado en ruina, dejando a miles de viajeros en Barajas con carita de portero goleado sin poder viajar a sus hogares o iniciar unas vacaciones planificadas y deseadas desde hace tiempo o... plantar sus cojones donde a uno le viniera en ganas haciendo uso de esta compañía aérea.
El presidente de la compañía aérea, Gerardo Díaz Ferrán, para más guasa presidente de la CEOE, culpa basicamente de su desastrosa gestión empresarial a gobierno y bancos por no concederle un crédito ni prestarle ayuda financiera cuando más lo necesitaba.
Su empresa, endeudada por la compra de unos aviones, llevaba unos meses sin pagar nóminas ni cotizaciones a la SS (Seguridad Social, no confundamos) hasta que no ha podido aguantar más y ha cerrado.
Las declaraciones del nota, a pesar de verle las orejas al lobo y seguir vendiendo billetes como si tal cosa, tras la quiebra no tienen desperdicios:
Díaz Ferrán: 'Yo no hubiera elegido Air Comet para volar a ningún sitio'
¿Que pensarían los viajeros que han tenido que pasar la noche de Navidad en Barajas?
¿Un país de locos? Un país de golfos y sinvergüenzas más bien.
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